Darse protección para tomar el Sol, o simplemente para estar expuesto a él cuando salimos a la calle, paseamos o nos sentamos en una terraza, es mucho más importante de lo que demasiada gente cree. Y las consecuencias y los errores que cometemos se acaban pagando.
Por eso te damos estos breves consejos que te ayudarán a proteger tu piel de las quemaduras y sus nefastas consecuencia en el corto y el largo plazo.
Antes de contarte nada me gustaría pedirte que vieras este video. Muestra con una cámara de Rayos Ultravioleta las “heridas de la piel” que nuestros ojos no son capaces de ver, cómo con el paso de los años y el efecto del Sol se va estropeando y lo que sucede cuando te aplicas protección. En dos minutos entenderás perfectamente lo que habrás escuchado decenas de veces.
Cada vez somos más conscientes de los daños que nos provoca el sol, pero seguimos acordándonos de protegernos de él solo en verano y especialmente cuando vamos a la playa o a la piscina. Pero como sabes los rayos solares son los principales causantes del envejecimiento de la piel, de las arrugas y del cáncer de piel. Y se pueden evitar usando a diario un protector solar, aunque no todos valen y hay que saber cómo y cuándo utilizarlos.
Aunque la protección deberíamos aplicárnosla durante todo el año en verano el Sol incide con más fuerza, pasamos más horas al aire libre y con más parte de nuestra piel descubierta, y es cuando hay que tomar más medidas.
Lo primero hay que elegir un buen protector solar porque no todos son iguales, a poder ser de Protección 50, y que proteja ante los diferentes tipos de rayos: UVA, UVB, Infrarrojos y Luz Azul.
Los estudios de fotoprotectores están muy avanzados y se han encontrado soluciones para la gran diversidad de pieles que tenemos. Hay pieles atópicas, sensibles al acné, especiales para la cara… Del mismo modo no es igual la piel de un niño y la piel de un adulto, ni una piel seca o una piel grasa.
Además, si vas a hacer deporte, vas a ir al monte o vas a ir a la playa, son factores que importan. Este último con doble motivo porque los protectores deben ser resistentes al agua y respetuosos con el mar para no contribuir a su contaminación.
Se estima que la cantidad correcta que debe aplicarse un adulto es de 35 gr., unas 6 cucharadas de café, para todo el cuerpo.
Si te echas de menos la crema no hará efecto correctamente, especialmente si su aplicación, como has visto en el vídeo, no es homogénea por toda la superficie. Y si te das más cantidad de crema la piel se quedará grasienta, no la absorberá completamente y no te estarás protegiendo ni más ni mejor. Es decir, si a final del verano te ha sobrado crema es muy probable que no te estés aplicando la cantidad necesaria.
La vida útil es de aproximadamente un año, no es igual para todas y se debe mirar las indicaciones del envase. Si al terminar el verano aún te queda, no la guardes, sigue utilizándola a diario durante el fin de la temporada estival y el principio del otoño, pero no la guardes durante meses.
Una crema pasada de fecha no te va a hacer ningún mal a la piel, pero el Sol sí porque la crema, con el tiempo, pierde su eficacia y por lo tanto no protege como es debido. Puedes estar aplicándote un factor 50 y que en realidad su protección sea ya solo del 10.
El sol de mediodía es el más fuerte y, por lo tanto, el más nocivo. Pero por nuestra situación geográfica y el uso horario de Europa Central, en verano el mediodía solar se produce a las 14:00.
Es importante evitar exponerse al sol en las 2 horas anteriores y posteriores a ese momento. Es decir, de 12 a 16 horas, especialmente si tenemos niños.
Los estudios de los laboratorios establecen un periodo de 2 horas para volver a echarse protección solar. No es una regla absoluta ni aplica a todo el mundo por igual. Pero hay que tener en cuenta que además de la absorción entran en juego factores como el sudor, el roce con la toalla y la ropa y, especialmente, el agua.
En el caso de bañarnos, donde se une el agua y el contacto con la toalla, es necesario volver a aplicarnos crema después de cada baño. Y siempre que se pueda, y muy especialmente con los niños, aplicar la crema media hora antes de exponernos al sol para darle al filtro tiempo para actuar.
Tendemos a darnos crema solo los días de sol. Es cierto que las nubes retienen parte de los rayos ultravioleta, pero no los bloquean, y su incidencia sigue siendo perjudicial para la salud de nuestra piel, por lo tanto, en los días de verano con nubes también es necesario aplicarse protección, especialmente a los niños. Recuerda que las quemaduras son acumulativas y la piel tiene memoria.
Elegir protector solar no es como elegir un tipo de salsa o de bebida. No es cuestión de gustos, es cuestión de necesidades, de la necesidad concreta de tu piel. Por eso en Farmacia Aguado analizamos tu tipo de piel y cómo debe ser protegida para ofrecerte las cremas que mejor se adapten a ti con variables personales, de tipos de texturas, de aplicaciones, de grados de protección, etc.
Si en tu caso fuera necesario, por las necesidades y situación de tu piel, te ayudamos a introducirte en los nutricosméticos que son muy importantes para preparar la piel para una exposición mayor a los rayos del sol, como sucede en verano. Es algo fundamental para pieles reactivas y alérgicas pero que no sustituye al protector, es un complemento para reducir la aparición de manchas y minimizar las reacciones negativas de la piel.
Disfruta del Sol, pero disfruta con salud y ante cualquier duda ven a la farmacia a preguntarnos. Estaremos encantadas de ayudarte en todo lo que sea necesario.